La escultora Helen Escobedo regresa al Museo de Arte Moderno (MAM), recinto que dirigió de 1982 a 1984, cuando renunció.
Su retorno es como expositora. Helen Escobedo: a escala humana se titula la muestra retrospectiva de 150 trabajos de la artista, entre obra gráfica, escultura, maquetas e instalaciones, que abarcan de 1959 a 2010, la cual fue inaugurada el pasado jueves en el museo que se ubica en Paseo de la Reforma y Gandhi, Bosque de Chapultepec.
Para Escobedo (DF, 1934) volver al MAM significa “regresar a espacios conocidos, pero cambiados”. Reconoce que el actual director, Osvaldo Sánchez, ha hecho “cambios muy importantes, porque es un museo que ha tenido muchos problemas. Es un museo de vidrio con mirada hacia afuera, hacia el parque y que ahora ya tiene un sentimiento de interiores, de espacios que se pueden utilizar de muchas otras maneras sin tener continuamente que estar viendo hacia las ventanas”.
Helen Escobedo: a escala humana, curada por Graciela Schmilchuk, investigadora, biógrafa y amiga de Helen Escobedo, se abre con el objeto Huarabotas para la guerra y la paz (1995), que forma parte de una serie cuya obra restante se exhibirá con el nombre Escuchen el silencio, a partir de este jueves a las 19 horas en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda, ubicada en el Centro Nacional de las Artes, CNA (calzada de Tlalpan, esquina Río Churubusco, colonia Country Club, estación General Anaya del Metro).
Conferencia magistral de Manrique
De hecho, por la mañana se dedicarán a la escultora varias mesas redondas y una conferencia magistral a cargo de Jorge Alberto Manrique, en el Aula Magna del CNA.
La serie, expresa Escobedo, “definitivamente tiene que ver con Chiapas. Hice toda una serie de objetos encontrados o inventados, tomados del bosque, que tienen que ver con la desesperanza, la batalla, el buscar que algo cambie”.
El “huarabotas” no es “ni huarache ni bota ni soldado ni campesino, tiene que ser las dos cosas”.
De acuerdo con Schmilchuk, Huarabotas es un trabajo simbólico de la obra de Helen, “un estar trabajando en el borde, en la inestabilidad, de no haberse sentado nunca dentro de ninguna tendencia, de ningún ismo, de seguir siendo incómoda para to-do el mundo y querida por todo el mundo”.
Helen Escobedo, en el MAM, después del recorrido por su retrospectivaFoto María Meléndrez Parada
El miércoles pasado, el MAM organizó una visita previa en la cual Osvaldo Sánchez se refirió a la muestra de la artista como “algo realmente muy depurado en términos de los aportes de (Helen) Escobedo al arte mexicano de la segunda mitad del siglo XX y hasta hoy”.
El director del MAM indicó que la galardonada con el Premio Nacional de Artes 2009 “formó parte de un momento que transformó la manera en que México se veía a sí mismo. Pero, por otro lado, ha sido de los artistas que han tenido un compromiso social importante con la institución pública.
“Ayudó a cambiar este museo, ayudó a cambiar las artes visuales de la Universidad Nacional Autónoma de México y siempre ha sido alguien que nos parece es un ejemplo, sobre todo, de integridad ética y de compromiso desde el arte y también desde el servicio público.”
Proyectos en puerta
Al término del recorrido por la exposición, a cargo de Schmilchuk, de repente Helen Escobedo hizo su aparición, no obstante su estado de salud.
En su encuentro con la prensa, la escultora habló de su más reciente instalación, El hoy del mañana, una pared de moldes de unicel erigida sobre una acumulación de máquinas obsoletas, que contrasta lo “duradero” de los empaques con la “basura” que traen adentro.
Más que una retrospectiva, la llamó una “introspectiva”, porque “uno va pensando quién soy, quién fui, qué habría hecho en vez de..., pero no hay marcha atrás. Pensar de atrás para adelante fue interesante, los primeros pasos, los primeros bronces, los bocetos, la idea de que ya no quería seguir con bronces.
“Me lancé a los Muros dinámicos (término acuñado por Raquel Tibol), quería otra salida, pero no se vendían. Viajaron mucho, regresaron, se expusieron, pero realmente como tales no tenían mercado; entonces me di cuenta de que si me invitaban a hacer obra en espacios diferentes me pagaban todo, viaje, estancia, asistencia, material, e iba a pasar un periodo de creatividad fantástico.”
Helen Escobedo adelantó proyectos pendientes, como el del Museo de la Tolerancia, e informó que su instalación Éxodos hará escala en Oaxaca, entre otros lugares, antes de refugiarse en el recinto de la Plaza Juárez, en el Centro Histórico, pendiente de inaugurarse.
*Articulo del diario "La Jornada".
Su retorno es como expositora. Helen Escobedo: a escala humana se titula la muestra retrospectiva de 150 trabajos de la artista, entre obra gráfica, escultura, maquetas e instalaciones, que abarcan de 1959 a 2010, la cual fue inaugurada el pasado jueves en el museo que se ubica en Paseo de la Reforma y Gandhi, Bosque de Chapultepec.
Para Escobedo (DF, 1934) volver al MAM significa “regresar a espacios conocidos, pero cambiados”. Reconoce que el actual director, Osvaldo Sánchez, ha hecho “cambios muy importantes, porque es un museo que ha tenido muchos problemas. Es un museo de vidrio con mirada hacia afuera, hacia el parque y que ahora ya tiene un sentimiento de interiores, de espacios que se pueden utilizar de muchas otras maneras sin tener continuamente que estar viendo hacia las ventanas”.
Helen Escobedo: a escala humana, curada por Graciela Schmilchuk, investigadora, biógrafa y amiga de Helen Escobedo, se abre con el objeto Huarabotas para la guerra y la paz (1995), que forma parte de una serie cuya obra restante se exhibirá con el nombre Escuchen el silencio, a partir de este jueves a las 19 horas en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda, ubicada en el Centro Nacional de las Artes, CNA (calzada de Tlalpan, esquina Río Churubusco, colonia Country Club, estación General Anaya del Metro).
Conferencia magistral de Manrique
De hecho, por la mañana se dedicarán a la escultora varias mesas redondas y una conferencia magistral a cargo de Jorge Alberto Manrique, en el Aula Magna del CNA.
La serie, expresa Escobedo, “definitivamente tiene que ver con Chiapas. Hice toda una serie de objetos encontrados o inventados, tomados del bosque, que tienen que ver con la desesperanza, la batalla, el buscar que algo cambie”.
El “huarabotas” no es “ni huarache ni bota ni soldado ni campesino, tiene que ser las dos cosas”.
De acuerdo con Schmilchuk, Huarabotas es un trabajo simbólico de la obra de Helen, “un estar trabajando en el borde, en la inestabilidad, de no haberse sentado nunca dentro de ninguna tendencia, de ningún ismo, de seguir siendo incómoda para to-do el mundo y querida por todo el mundo”.
Helen Escobedo, en el MAM, después del recorrido por su retrospectivaFoto María Meléndrez Parada
El miércoles pasado, el MAM organizó una visita previa en la cual Osvaldo Sánchez se refirió a la muestra de la artista como “algo realmente muy depurado en términos de los aportes de (Helen) Escobedo al arte mexicano de la segunda mitad del siglo XX y hasta hoy”.
El director del MAM indicó que la galardonada con el Premio Nacional de Artes 2009 “formó parte de un momento que transformó la manera en que México se veía a sí mismo. Pero, por otro lado, ha sido de los artistas que han tenido un compromiso social importante con la institución pública.
“Ayudó a cambiar este museo, ayudó a cambiar las artes visuales de la Universidad Nacional Autónoma de México y siempre ha sido alguien que nos parece es un ejemplo, sobre todo, de integridad ética y de compromiso desde el arte y también desde el servicio público.”
Proyectos en puerta
Al término del recorrido por la exposición, a cargo de Schmilchuk, de repente Helen Escobedo hizo su aparición, no obstante su estado de salud.
En su encuentro con la prensa, la escultora habló de su más reciente instalación, El hoy del mañana, una pared de moldes de unicel erigida sobre una acumulación de máquinas obsoletas, que contrasta lo “duradero” de los empaques con la “basura” que traen adentro.
Más que una retrospectiva, la llamó una “introspectiva”, porque “uno va pensando quién soy, quién fui, qué habría hecho en vez de..., pero no hay marcha atrás. Pensar de atrás para adelante fue interesante, los primeros pasos, los primeros bronces, los bocetos, la idea de que ya no quería seguir con bronces.
“Me lancé a los Muros dinámicos (término acuñado por Raquel Tibol), quería otra salida, pero no se vendían. Viajaron mucho, regresaron, se expusieron, pero realmente como tales no tenían mercado; entonces me di cuenta de que si me invitaban a hacer obra en espacios diferentes me pagaban todo, viaje, estancia, asistencia, material, e iba a pasar un periodo de creatividad fantástico.”
Helen Escobedo adelantó proyectos pendientes, como el del Museo de la Tolerancia, e informó que su instalación Éxodos hará escala en Oaxaca, entre otros lugares, antes de refugiarse en el recinto de la Plaza Juárez, en el Centro Histórico, pendiente de inaugurarse.
*Articulo del diario "La Jornada".
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