Magnetismo y gravedad.

magnetismo,gravedad,demostracion.
Mostrando entradas con la etiqueta articulo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta articulo. Mostrar todas las entradas

lunes, 3 de mayo de 2010

Un Picasso muy caro.



Las alegrías han regresado al especulativo y restringido mercado de las grandes subastas de arte internacionales. El estancamiento del 2008 y el 2009 ha quedado atrás. Por si no había quedado claro con el récord establecido el pasado mes de febrero con la venta de una escultura de Giacometti por 104,3 millones de dólares (78,3 millones de euros), las grandes salas de subastas de Nueva York dan salida esta semana a la temporada de primavera con decenas de obras maestras, expectativas de negocio entre los grandes especuladores financieros y los nuevos ricos rusos y asiáticos y un candidato a romper el récord de Giacometti: el cuadro de Pablo Picasso Desnudo, hojas verdes y busto (1932) con un precio estimado de entre 70 y 90 millones de dólares (entre 52,7 y 67,7 millones de euros) pero del que se espera pueda romper este techo en la puja.
El objeto del deseo de los tiburones financieros con gusto por el arte (o que buscan en él un valor seguro) es un retrato de la compañera de Picasso Marie-Thérèse Walter. Ya que de negocio se trata, el tamaño de la pintura cuenta tanto como su valor artístico. El cuadro, que solo se había visto en público una vez, en 1951, pertenece a la inmensa colección de arte del filántropo norteamericano Sidney F. Brody, un inversor inmobiliario fallecido el pasado mes de noviembre y que inició su colección poniendo una escultura de Henry Moore bajo el árbol de Navidad como regalo a su esposa. Del mismo origen son gran parte de las obras maestras que dan salida, el próximo martes, a las subastas de artistas impresionistas y moderno, que preceden a las de arte contemporáneo. En la colección de Brody se incluyen también pinturas de Braque, Ensor, Renoir, Bonnard, Modigliani y Derain, y esculturas de Henry Moore, Giacometti, Calder y Marini. Por no citar a otra obra de primera fila, el Desnudo sobre un cojín azul de Matisse, valorado en un mínimo de 20 millones de dólares (15 millones de euros).

LA COLECCIÓN DE CRICHTON / Una de las grandes atracciones de este mes es la subasta de la mayor parte de la colección de arte que atesoró el escritor superventas Michael Crichton, que su familia ha puesto a la venta. El autor de Parque Jurásico, fallecido en el 2008, mantuvo una estrecha amistad con artistas contemporáneos como Jasper Johns, Claes Oldenburg, Roy Lichtenstein y Robert Rauschenberg. Christie’s sacará a subasta obras de estos artistas, así como de Pablo Picasso, David Hockney y Jeff Koons, pero la joya de la colección es una de las banderas de EEUU pintadas por Johns, que Crichton compró directamente al artista en 1974.
Aunque el escritor siempre estuvo abierto a ceder sus obras para exposiciones temporales, no es el caso de esta pintura, que siempre decoró su dormitorio y que ahora sale a subasta con un precio de 10 a 15 millones de dólares (entre 7,5 y 11,2 millones de euros) que según declararon fuentes de Christie’s a Associated Press «acabará siendo mucho más alto» ya que otra pintura de la serie, aunque de mayor formato, fue comprada el mes pasado por 110 millones de dólares (82,7 millones de euros) por el especulador Steve Cohen en una operación privada.
Mientras el récord de una venta en subasta lo marcó una escultura de Giacometti, la obra más cara vendida de forma privada (que se sepa) sigue siendo un Jackson Pollock por el que se pagaron 140 millones de dólares hace cuatro años.


*Articulo del diario "El Periodico de Catalunya".

viernes, 30 de abril de 2010

Terapia para victimas del terrorismo.



«Ha sido mi mejor terapia, perdí a alguien hace 21 años, pero nunca había hablado con la libertad con la que lo he hecho ante las dos directoras de 'Mujeres en construcción'. Después de tantas subvenciones y programas, ellas han conseguido por fin hacer un perfil de la víctima del terrorismo». Así de rotundo y claro fue ayer el testimonio de Marga Labad, una de las protagonistas del documental elaborado por Begoña Atín y Maite Ibáñez, que se presenta esta tarde en el Festival de Cine y Derechos Humanos de San Sebastián.
Con 'Mujeres en construcción' las dos directoras se impusieron algunas reglas: «No queríamos incluir imágenes de archivo, ni titulares, ni fotos familiares. Queríamos recoger testimonios de mujeres desconocidas para el público, y evitar así las ideas preconcebidas y los prejuicios. Y pretendíamos ser capaces de contar las historias de estas mujeres a través de lo que hacen día a día, y que eso fuera suficiente para que les podamos entender». Tanto es así que, hasta el final de la película, no se identifica a las mujeres, ni se explica inicialmente qué les ocurrió a cada una, si perdieron al marido, a un padre, una madre o un hijo en un atentado terrorista.
La mayor lección que han aprendido, tanto las directoras como las víctimas participantes, es que el proceso es siempre el mismo, «al dolor brutal y la sensación de estar fuera del mundo, le sigue la depresión, el intento de reconstruir las funciones diarias, sobre todo en el caso de las madres, y tratar de rehacer una vida sin la persona que falta, pero con ella al mismo tiempo», explica Begoña Atín. Y lo corrobora Marga Labad: «Nos sentíamos muy unidas sin conocernos, una empezaba una frase y otra la terminaba, porque teníamos las mismas sensaciones». Y Victoria Campos también comprobó cómo «te encontrabas con que otra decía lo que tú habías pensado pero no habías dicho».
La conclusión es que «existe un síndrome de la víctima del terrorismo, pero es muy difícil luchar contra él», afirma Marga Labad. «Si yo hubiera podido pasar hace 21 años por esta experiencia, no tendría ahora las crisis que tengo periodicamente». Y esa similitud en el proceso es más llamativo teniendo en cuenta que en el documental participan víctimas de atentados que tuvieron lugar en distintas épocas, desde 1969 hasta 2008.
'Mujeres en construcción' pretende simplemente que el espectador escuche, mientras ellas hablan con libertad y sin necesidad de dar opiniones políticas. Y con el espíritu con el que han tratado de hablar a sus hijos: «Contamos las cosas desde la paz, no desde el rencor, no queremos que se reproduzca en ellos un deseo de venganza», explica Victoria Campos. Amaya Etxaniz cuenta en el documental que «lo que no quieres es que nadie pase por algo así».

*Articulo de "El Diario Vasco".