La directora del Ballet Nacional de Cuba (BNC), Alicia Alonso, recibió ayer aquí la Distinción Galina Ulanova, de manos del presidente de la fundación que ostenta el nombre de la bailarina rusa, el célebre bailarín Vasili Vasíliev.
En un acto efectuado en el Museo de la Danza, el artista le entregó también dos diplomas por su meritoria obra y una estatuilla inspirada en Ulanova, “para nosotros símbolo de la auténtica bailarina clásica”, enfatizó.
Vasíliev recordó que este año se celebra el centenario del natalicio de su coterránea, una apasionada del arte de Alonso con quien sostuvo estrecha amistad.
Tras destacar su dedicación a la pintura en la pasada década, comentó que poco antes de viajar a la isla se le ocurrió dibujar algo para su colega cubana. Como partenaire de esta última, le obsequió un cuadro con una escena del primer acto de Giselle.
A propósito de la única función que compartió con Alonso, Vasíliev subrayó que bailó en Cuba gracias a su insistencia. Pese a una lesión en el menisco, aquella noche se creció ante el público y superó el reto que la ocasión demandaba.
“Cada vez que vengo a este país, tengo la sensación de que es uno de los lugares más queridos de todos los que visito. Siempre he pensado que el único sitio donde nunca dejará de existir el ballet es Cuba”, subrayó el bailarín.
Donación al Museo de la Danza
Vasíliev donó al habanero Museo de la Danza diversos folletos, fotografías y varios ejemplares de un álbum por el centenario de Galina Ulanova.
Para responder a ese gesto, la directora del BNC narró algunos de sus diálogos con Ulanova.
“Hablábamos como profesoras sobre las ideas que tenía cada una de la línea y la forma del bailarín, de cómo llegar a los pasos, de la técnica y de los estilos ruso y cubano”, enfatizó.
“Me hace muy feliz y siento un gran honor al recibir esta condecoración que lleva su nombre. Ella está aquí con nosotros”, aseguró la prima ballerina assoluta.
De Vasíliev, Alicia Alonso rememoró el montaje de Giselle, cómo acordaron la pantomima y los gestos y el arduo trabajo para conciliar un solo estilo. Fue una función inolvidable, sentenció.
La mítica bailarina cubana culminó diciendo: “Para nosotros los artistas, el tiempo es eterno. Le agradezco a Vasíliev haber venido a compartir esta alegría”.
Vladimir Vasíliev será reconocido este 2 de noviembre con una gala-homenaje en la versión 22 del Festival Internacional de Ballet de La Habana.
En un acto efectuado en el Museo de la Danza, el artista le entregó también dos diplomas por su meritoria obra y una estatuilla inspirada en Ulanova, “para nosotros símbolo de la auténtica bailarina clásica”, enfatizó.
Vasíliev recordó que este año se celebra el centenario del natalicio de su coterránea, una apasionada del arte de Alonso con quien sostuvo estrecha amistad.
Tras destacar su dedicación a la pintura en la pasada década, comentó que poco antes de viajar a la isla se le ocurrió dibujar algo para su colega cubana. Como partenaire de esta última, le obsequió un cuadro con una escena del primer acto de Giselle.
A propósito de la única función que compartió con Alonso, Vasíliev subrayó que bailó en Cuba gracias a su insistencia. Pese a una lesión en el menisco, aquella noche se creció ante el público y superó el reto que la ocasión demandaba.
“Cada vez que vengo a este país, tengo la sensación de que es uno de los lugares más queridos de todos los que visito. Siempre he pensado que el único sitio donde nunca dejará de existir el ballet es Cuba”, subrayó el bailarín.
Donación al Museo de la Danza
Vasíliev donó al habanero Museo de la Danza diversos folletos, fotografías y varios ejemplares de un álbum por el centenario de Galina Ulanova.
Para responder a ese gesto, la directora del BNC narró algunos de sus diálogos con Ulanova.
“Hablábamos como profesoras sobre las ideas que tenía cada una de la línea y la forma del bailarín, de cómo llegar a los pasos, de la técnica y de los estilos ruso y cubano”, enfatizó.
“Me hace muy feliz y siento un gran honor al recibir esta condecoración que lleva su nombre. Ella está aquí con nosotros”, aseguró la prima ballerina assoluta.
De Vasíliev, Alicia Alonso rememoró el montaje de Giselle, cómo acordaron la pantomima y los gestos y el arduo trabajo para conciliar un solo estilo. Fue una función inolvidable, sentenció.
La mítica bailarina cubana culminó diciendo: “Para nosotros los artistas, el tiempo es eterno. Le agradezco a Vasíliev haber venido a compartir esta alegría”.
Vladimir Vasíliev será reconocido este 2 de noviembre con una gala-homenaje en la versión 22 del Festival Internacional de Ballet de La Habana.
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